El IFE: Una estimación incómoda

Señor Director:

Ayer, en carta a este diario, el economista Joseph Ramos expuso que el consenso entre el Gobierno y la oposición sobre la magnitud y extensión del IFE —con carácter universal— no se condice con la caída de ingresos efectiva producto de la pandemia. Junto con compartir plenamente su visión, me gustaría complementarla con ciertas estimaciones.

En noviembre de 2020, el Ministerio de Hacienda estimó que los ingresos de los hogares de ese año caerían un 5,5%, y un mes después el Banco Central estimó dicha caída en un 5,7%. Es decir, los ingresos de los hogares durante 2020 disminuyeron aproximadamente en US$ 5.700 millones. ¿Y el monto total del IFE? Entre mayo de 2020 y septiembre de 2021, el IFE habrá entregado US$ 22.300 millones. A esto hay que agregar su reciente extensión hasta noviembre por US$ 6.400 millones adicionales. Con todo, el monto total del IFE será cinco veces mayor a la caída de ingresos de 2020. Por último, de acuerdo con la Superintendencia de Pensiones, los retiros de fondos de pensiones ascienden a un total de US$ 45.000 millones (ocho veces más que la caída de ingresos del 2020).

En resumen, si durante el año pasado los ingresos cayeron en $1, el IFE entregará $5 y los retiros de los fondos de pensiones $8. Nadie pone en duda la responsabilidad que tiene el Estado de suplir la caída de ingresos producto de la grave crisis, pero la magnitud y alcance del IFE actual no se condice con la necesidad real de los hogares hoy. No olvidemos que con dos meses de IFE —US$ 6.400 millones aproximadamente— podríamos erradicar todos los campamentos del país. Uno entiende que este es un año electoral, pero esto no nos exime de señalar, tal como lo hizo el profesor Ramos, que “el rey está desnudo”.

Juan José Obach

Director ejecutivo Horizontal

Sin vuelta atrás

Señor Director:

Lo que tanto temíamos del cambio climático es ya una realidad. Me refiero a la palabra “irreversible”. Los informes de Naciones Unidas nos advierten hoy que no hay vuelta atrás. Y lo que estamos viendo: sequías, inundaciones, huracanes, tornados, derrumbes, bosques ardiendo, etcétera, no es más que el comienzo.

Me complace tener 94 años de edad y no 20, por lo que se nos viene encima, pues junto con el desastre ambiental estamos viviendo un desastre moral que emerge por todas partes.

Ambos fenómenos son correlativos, pues el acontecer objetivo, según la ley de sincronicidad (Jung), es un correlato analógico del acontecer subjetivo.

La cultura cristiana fue la gran oportunidad que se le dio al homo sapiens para rectificar la violencia heroica de los dioses civilizadores antiguos que dominaron a los hombres por tantos milenios, y cuya última gran creación fue el Imperio Romano. Pero desde que Nietzsche proclamó al mundo su famoso “Dios ha muerto”, la civilización industrial entró de lleno en la desmesura, aboliendo la sabiduría ancestral y definiendo al orden natural y al hombre mismo solo como recursos. Desde entonces, la política mundial se rige por la lógica de los negocios.

Los dioses civilizadores antiguos desaparecieron para dejar su lugar a uno solo, que es ahora el dueño de nuestras vidas: el dinero, el peor obstáculo a que el homo sapiens se ha enfrentado en su azarosa evolución.

Con todo, podemos estar seguros de que el poder que trajo la vida a nuestro planeta es más fuerte que la insensatez de los hombres. Lo que estamos viendo son dolores de parto por el advenimiento de un nuevo paradigma cultural. No se trata de ciencia ni de tecnología, ni de negocios ni de política, sino de un vuelco de conciencia, germen del cambio global que está actuando ya en todas partes.

¿Cuál será el precio que habrá que pagar por este triunfo definitivo de la vida sobre la muerte? Solo Él lo sabe.

Gastón Soublette

Instituciones

que discriminan

Señor Director:

La semana pasada el Ministerio Público resolvió “no perseverar en la investigación de 34 indagados en el caso SQM”, aduciendo como razón que el Servicio de Impuestos Internos no se había querellado. Agrega el comunicado que lo hace para dar “cumplimiento de nuestros instructivos internos y en orden a no mantener permanentemente abierta una indagación”.

Para quienes hemos sido testigos del implacable actuar del Ministerio Público y los medios con aquellos que sí fueron querellados, aun sin previa acción del SII, resulta inexplicable y decepcionante presenciar el actuar arbitrario y discriminador de algunas instituciones tan importantes de nuestro país.

Cabe preguntarse si hay más de un instructivo y se aplican según sea el caso. Exministros, ex jefes de gabinete y de otros altos cargos quedaron libres de toda investigación, en circunstancias que varios de ellos se tramitaban simultáneamente y por los mismos motivos que los casos en que se perseveró, y peor aún, muchos de ellos pretenden seguir actuando en política, bajo el criterio de no tener impedimentos legales.

El caso de Jaime Orpis es el paradigma de la arbitrariedad y la discriminación. El SII sí se querelló contra él. Y, más aún, posteriormente amplió la querella; y solo ante la resolución absolutoria, presentó un recurso de nulidad que será vista en estos días. En resumen, en algunos casos hay querellas, publicidad, constancia y dedicación de recursos sin límite; y en otros, impunidad, olvido y un sello de calidad para seguir participando en política. Ley pareja no es dura. Lo que estamos contemplando es durísimo.

Germán Mayo D.; Pedro Coromina V.;

Alejandro Irarrázaval; Felipe Rodríguez;

Paulina Respaldiza C.; Sebastián Molina V.;

Eugenio Bascuñán P.; José Luis Montero P.

Retorno

gradual a clases

Señor Director:

En una carta publicada en este medio, el alcalde de Maipú hizo referencia a la apertura de un colegio municipal de su comuna. En el Ministerio de Educación nos alegra enormemente que todas las familias de ese colegio tengan la libertad de decidir si enviar a sus hijos a clases presenciales o seguir de modo remoto, y esperamos que las familias de los otros 25 colegios municipales de Maipú también puedan ejercer esa libertad.

Extraña que el alcalde mencione que desde el Ministerio se ha impulsado un proceso no gradual, cuando el ministro ha expresado incansablemente que el retorno es gradual, flexible y voluntario para las familias; de hecho es esta gradualidad la que ha permitido a comunas como Maipú ir abriendo sus colegios durante el año.

En la comuna del alcalde Vodanovic, más del 70% de los colegios particulares subvencionados está abierto y solo el 4% de los municipales (ese único colegio que menciona el alcalde). Esperamos que muy pronto todas las familias de Maipú tengan las mismas oportunidades, y puedan decidir ellas qué es lo mejor para sus hijos.

Jorge Poblete Aedo

Subsecretario de Educación

Ministerio de Educación

Ingreso a Chile

Señor Director:

Ricardo Brodsky se pregunta qué otro país tiene medidas tan draconianas como Chile para la entrada de visitantes desde el extranjero. Aun cuando algunos países requieren cuarentenas obligatorias y no permiten la entrada de extranjeros (Australia, Vietnam), solo China tiene medidas draconianas para la entrada, a pesar de tener un porcentaje significativo de su población ya vacunada, tal como Chile.

Con mi esposa (ciudadana china) vivimos en Estados Unidos y ya asumimos que nuestra hija de cuatro años no podrá ver a sus familiares chinos o chilenos por harto tiempo.

¿Cómo se explica que un país comunista y autoritario tenga una política tan similar a una democracia supuestamente “neoliberal”? Es lo que yo me pregunto todos los días.

Gabriel Piña

Doctor en Políticas Públicas

Escasez de monedas

Señor Director:

Me permito hacer pública una situación que afecta al comercio y que carece de racionalidad. Se trata de la dificultad y casi imposibilidad de cambiar monedas, imprescindibles para el funcionamiento de cualquier negocio o pyme. Los bancos definitivamente dejaron de entregar monedas, aparentemente por un motivo sanitario, lo cual es absurdo, ya que el comercio implica imperativamente el traspaso de billetes y monedas, y hay miles de negocios pequeños en los que el pago en efectivo sigue siendo la norma, y el uso de tarjetas, la excepción.

La alternativa hoy para obtener las preciadas monedas es hacer una fila a partir de las 6 o 7 de la mañana, con el frío de esa hora del día, en las afueras del Banco Central para conseguir un número. Solo dan 70 números, o sea, puede suceder que uno haga la fila y se quede igual sin número. Luego de recibir el número, uno debe hacer hora y volver a las 9 a. m. para obtener las monedas. Pero a las 9 hrs. uno debe ponerse en otra fila, no se respeta el número entregado más temprano, sino que ese solo sirve para asegurar la entrega, pero no el orden de la misma. Y, para peor, entregan un monto reducido (hasta $40.000), por lo que es posible que, dependiendo de las necesidades, tenga uno que hacer este procedimiento dos o tres veces en la semana.

Esta política solo consigue agregar una dificultad más a la ya difícil situación del comercio y parece responder al viejo proverbio de para qué hacer las cosas fáciles si se pueden hacer difíciles.

Gustavo Espinoza S.

cartasaldirector@mercurio.cl

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En ocasiones, articulistas usan la profusión de cifras para ocultar la debilidad central de su argumento. En una columna reciente, el académico Mauricio Olavarría abusa de ellas en su esfuerzo, apenas disimulado, por restar legitimidad de antemano a los resultados de la Convención Constitucional que, en estos días, avanza claramente en sus tareas. Y, sin embargo, esas mismas cifras debilitan la posición que defiende. No vale la pena contrastar cada una de ellas. Baste decir que sus afirmaciones sobre la escasa representatividad de los convencionales electos no resisten análisis.

Mal que mal, los límites legales que el académico señala fueron acordados por un Poder Legislativo elegido con la misma fórmula proporcional que se utilizó para la elección de los convencionales y con cifras de participación que rondaron el 45%. No se debe olvidar que el plebiscito que precedió aquellos comicios alcanzó casi al 51%, con 7.562.173, el número más alto de votantes desde la reinstauración de nuestro sistema democrático. Existe, eso sí, una notoria diferencia, ya que, según ha establecido un estudio de la Universidad Católica Silva Henríquez, en esta última elección aumentó la participación de las comunas más pobres a lo menos en un 17%. Además, según los datos del Servel, la participación de jóvenes y mujeres aumentó significativamente. ¿Será eso lo que preocupa a Olavarría? En realidad, esta evolución de la participación electoral no debería sorprendernos ni atemorizarnos.

El trabajo que hoy efectúa la Convención, destinado a desmontar el sistema constitucional heredado de la dictadura de Pinochet y el modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego, proviene de una larga lucha del movimiento popular para levantar sus demandas, que culminó con la movilización de millones de chilenos y chilenas en octubre de 2019. Ese es el hito que marca la legitimidad del proceso constituyente. Y ese es el motivo que obliga a Olavarría a alegar con argumentos estrechos y descontextualizados, obviando las justificadas críticas que las democracias meramente representativas vienen recibiendo principalmente de los jóvenes y sectores excluidos desde fines del siglo XX. En efecto, para entender este fenómeno no bastan ni la simple legitimidad legal, ni la representación de una supuesta mayoría formal, si no se atiende la participación efectiva mediante mecanismos complementarios de democracia directa.

Numerosos estudios de organismos internacionales dan cuenta de esta necesidad de construir una democracia que disponga de múltiples mecanismos destinados a la inclusión de intereses en una sociedad plural. En la misma dirección, el Derecho Internacional, mediante diversos instrumentos y tratados, plantea esta necesidad de superar democracias elitistas, superar la exclusión y combatir la discriminación. La preocupación del articulista Olavarría por los representantes de los pueblos indígenas, a quienes llama etnias, desconoce el lenguaje que la propia Constitución utiliza y que es acorde con los instrumentos internacionales de derechos humanos, como el Convenio 169 de la OIT, va en la dirección equivocada, pues solo revela un afán extemporáneo por invisibilizar a un sector de la ciudadanía históricamente segregado. El esfuerzo de la Convención no consistirá en forjar mayorías al alero de los intereses de los poderosos de siempre y de sus comentaristas, sino que nos ocuparemos de involucrar y escuchar atentamente todas y cada una de las demandas populares cuya exclusión ha desprestigiado a los partidos y a nuestra democracia, privándola de sentido y significado para buena parte de la ciudadanía. Más allá de algunas voces menores que aún intentan detener el inevitable y necesario cambio institucional, esa será la mayoría que buscaremos construir y esa es la legitimidad que tendrá nuestra nueva Constitución.

Marcos Barraza Gómez

Convencional constituyente distrito 13

Académico USACH

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Jorge Bofill Genzsch

El proyecto conocido como de “indulto a los presos de la revuelta”, presentado por un grupo de senadores y actualmente en tramitación en el Senado, contiene numerosos errores e incoherencias que ameritan un análisis técnico y político.

En primer lugar, el proyecto busca conceder “indulto general” a personas que hayan cometido delitos graves en el marco de las protestas de octubre de 2019, “sea que se encuentren o no sometidas a investigación formalizada o desformalizada, imputadas o condenadas”. Esta es una primera incongruencia, puesto que los indultos requieren que las personas beneficiadas hayan sido condenadas previamente, razón por la cual este es más bien un proyecto de amnistía.

La distinción no es solamente una cuestión de etiquetas. El efecto del indulto es perdonar la pena, pero no revalorizar la conducta. De hecho, el indultado mantiene la calidad de condenado. En una amnistía, el Estado revaloriza las conductas que ella cubre: lo que normalmente sería un delito es mirado de una forma distinta, dadas las circunstancias de su comisión.

¿Cuál es la razón principal que dan los autores para perdonar las conductas violentas ocurridas en medio del denominado estallido social de octubre?

El argumento central de la moción parlamentaria se sustenta en que las protestas de octubre tuvieron “una respuesta estatal desproporcionada, seguida de detenciones masivas y la apertura de múltiples procesos penales, abusos y vulneraciones a las garantías procesales de las personas imputadas, lo que ha significado la privación preventiva de libertad en plazos injustificados que no tomarían lugar en circunstancias de normalidad”.

En otras palabras, se seguiría el siguiente orden temporal: hubo manifestaciones legítimas que fueron reprimidas de una manera excesiva por las fuerzas de orden y seguridad, lo que dio lugar a que se produjeran los hechos delictuales materia del perdón parlamentario.

Sin embargo, esa es una tergiversación de los hechos ocurridos. Por de pronto, si eso fuera cierto, no se podría pretender justificar una amnistía a conductas constitutivas de delitos ocurridas el 18 de octubre en la tarde y en la noche, donde ocurrieron algunos de los hechos más graves de ese período, como la quema de estaciones de Metro, los saqueos de locales comerciales y el incendio del edificio corporativo de Enel, entre muchos otros. Ello, porque existe consenso incluso en la crítica al actuar policial que este tuvo lugar no antes del 19 de octubre.

Más importante, en todo caso, es el hecho de que las diferentes declaraciones de organismos de derechos humanos citadas por la propia moción parlamentaria —tales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, el INDH y la Defensoría de la Niñez— critican el actuar de las fuerzas policiales, pero insisten en distinguir la protesta pacífica de los hechos de violencia.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo, señaló en su momento que “la protesta social es legítima en tanto se desarrolla en forma pacífica” e hizo un llamado especial al Estado para “investigar y sancionar los actos de violencia cometidos por personas en el marco de las protestas en contra de carabineros y terceros”.

Si la CIDH condenó los actos de violencia, pues no constituyeron una manifestación legítima de la protesta social, entonces esa violencia solo tiene relevancia desde una perspectiva de los derechos de las víctimas de esa violencia. Si el Estado renuncia a esa persecución, entonces incumple sus obligaciones de respeto y garantía de los derechos de las víctimas, al no perseguir las responsabilidades asociadas a la comisión de graves delitos que afectaron individual y colectivamente a miles de personas.

La vinculación causal entre excesos policiales y reacción violenta de las personas no se encuentra en ninguno de los informes de organismos nacionales e internacionales. Por el contrario, ellos han sido cuidadosos en distinguir entre el legítimo ejercicio del derecho a manifestarse pacíficamente y los hechos de violencia en contra de efectivos policiales, militares, particulares, infraestructura pública y propiedad privada.

En estas condiciones, el proyecto pasa a carecer de todo contexto fáctico para cubrir con el perdón legislativo los delitos cometidos a partir del 18 de octubre, esto es, antes de la criticada reacción policial y militar.

Otro de los considerandos de la moción parlamentaria justifica los hechos violentos como “derecho legítimo a la autodefensa de las agresiones masivas y graves del Estado y sus funcionarios en contra de la población civil”.

Esta idea es confusa y contradictoria. Si estas conductas son una legítima defensa frente a la agresión, cabría preguntarse qué sentido tendría perdonarlas. La legítima defensa excluye el juicio de reproche: cuando se actúa en legítima defensa, la conducta no es punible y por tanto nada hay que perdonar.

En definitiva, la revalorización de los hechos violentos que se pretende perdonar no se encuentra justificada. Desde la perspectiva político-criminal se trata, pues, de una propuesta arbitraria, es decir, carente de razones.

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13 de agosto de 1991

NUEVA FUGA EN CÁRCEL DE SANTIAGO. Una docena de reos condenados por robos, homicidios y lesiones huyeron ayer del penal de calle General Mackenna en Santiago, reabriendo un túnel de nueve metros que comunica con el Segundo Juzgado del Crimen. En la foto, funcionarios de Gendarmería destruyen la excavación de acceso para cubrirla con cemento.

OFERTA DE CANJE. El grupo Yihad Islámico agregó un aparente nuevo giro a la crisis por los rehenes en Líbano al ofrecer dejar libres a todos sus cautivos a cambio de la liberación de sus combatientes, no solo los que se encuentran en poder de Israel sino también los recluidos en Europa.

MUNICIPIOS. El Presidente Aylwin designó a los alcaldes titulares de las nueve comunas creadas el 2 de junio pasado en la Región Metropolitana y nominó al abogado radical Eduardo Jara Miranda como jefe edilicio de Las Condes.

VOLCÁN HUDSON. Una gran nube de humo, acompañada de relámpagos y lluvia de cenizas, causó asombro y pánico en los habitantes de las localidades ubicadas al sur de Coyhaique.

PRIMER MINISTRO JAPONÉS. Toshiki Kaifu insistió en el tercer día de su visita a China en la necesidad de que Beijing respete los derechos humanos.

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13 de agosto de 1971

WASHINGTON. El Banco de Exportación e Importación de Estados Unidos no aprobará préstamos a Chile hasta que el Gobierno aclare su política económica en relación con las inversiones extranjeras.

CHOQUES FRONTERIZOS. Siria anunció que ha roto relaciones diplomáticas con Jordania.

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13 de agosto de 1921

ERNESTO VILCHES. Después de dos lustros de ausencia vuelve a Santiago el célebre actor y director español, cuya compañía se presentará en el Teatro Municipal.

MELILLA. Tras un ataque alevoso de los moros y el intento de repeler la inesperada agresión, las tropas españolas debieron rendirse.

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