Jardín de los presentes

Las tres casas se ubican en el futuro Parque Jardín Los Canelos. “Surgió como una medida ambiental, lo que permite concebir el patrimonio como parte de la historia y del paisaje que forma la cultura de la conservación y del cuidado del entorno”, señala Saelzer.

Y se denomina también “jardín”, pues el proyecto pretende recuperar la antigua práctica alemana de la jardinería en Valdivia. Junto con las casas que hace cien años dominaron la calle General Lagos, abundaban esos espacios multicolores creados con especies introducidas y flores, arbustos y árboles nativos. De la cincuentena de jardines que se tiene registro, hoy apenas subsiste uno, el de la señora Noelke.

“Para completar el proyecto de rescate, queremos recuperar esos jardines y conectarlos en el entorno de las casas y del puente, que a su vez tendrá un paseo peatonal techado, ciclovías, banquetas, plantas y señaléticas para identificar el paisaje”, dice el arquitecto.

La memoria valdiviana habla de un camino rural que corría junto al río Calle Calle, y que se fue consolidando de manera natural. Allí se emplazaron antiguas casonas, de maderas nativas y una tipología arquitectónica venida desde Alemania. La actual calle General Lagos era ese antiguo camino o calle de Los Canelos, donde hubo decenas de estas casonas, además de industrias, astilleros, navieras y muelles, y cuyo paisaje conjunto alcanzó su punto más alto a comienzos del siglo XX.

“Son dos kilómetros de una zona típica que se ha quedado muy sola. Esa declaratoria de 1992 no ha sido acompañada de medidas de incentivo y apoyo a los propietarios. Por abandono, incendios o demoliciones ilegales se han ido perdiendo muchas de las casas que marcaron a Valdivia”, comenta el arquitecto Gerardo Saelzer, un especialista en patrimonio arquitectónico y urbano que ha encabezado una serie de recuperaciones en el sur, muchas vinculadas a la Universidad Austral.

Como integrante de la Corporación del Patrimonio Edificado y Contexto, Saelzer y un equipo amplio inician ahora un proyecto innovador para la ciudad. Involucra el rescate de algunos de estos edificios residenciales centenarios, pero también del paisaje fluvial donde se encuentran.

Se trata de tres casas sobrevivientes que exhiben esta arquitectura alemana y maderas de la Selva Valdiviana. Fueron residencias de familias de inmigrantes en el sur: los alemanes Von Stillfried, los españoles Lopetegui y los italianos Da Bove. Vecinas y construidas frente al río, se emplazan sobre la misma calle General Lagos, a la altura de Cochrane, donde un proyecto vial llegará para transformar Valdivia. Un moderno puente conectará a la ciudad y la Isla Teja. Es un proyecto del Ministerio de Obras Públicas y el Serviu que involucra $49 mil millones.

Linda la minga

En agosto se inician las obras de restauración de las fachadas de la Von Stillfried, de 1911. Perteneciente a la U. Austral, tiene 1.200 m2 y exhibe un bello estilo art nouveau, presente en ornamentos y detalles. Tenía su acceso principal hacia el río en lugar de a la calle. La corporación que ejecuta el proyecto obtuvo un Fondo del Patrimonio de $100 millones para la primera de las sucesivas etapas de este rescate.

En cambio, las casas Lopetegui y Da Bove, que pertenecen al Serviu, tienen financiamiento asegurado. El conjunto de restauraciones alcanza los $2.600 millones. Con 400 m2 en dos plantas, la Lopetegui data de alrededor de 1870, mientras que la casa Da Bove tiene “solo” 92 años de antigüedad. La ubicación de la primera de ellas “interrumpe” el paso vial hacia el futuro puente, de modo que será trasladada íntegramente a través de una minga moderna, instalada sobre una tecnología de rieles, para ser situada junto a la segunda, unos metros más allá.

“El valor patrimonial de esas casas en Valdivia se encuentra en el contraste de haber sido concebidas según se pensaba en otro lugar del mundo, en climas y geografías equivalentes, y edificadas con materia prima de la Selva Valdiviana. También influyeron en la proliferación de carpinteros que entonces las llevaron a otros lugares del sur de Chile: La Unión, Osorno o Llanquihue. No son solo inmuebles terminados, sino que están relacionados con los oficios del sur”, cierra Saelzer.

LEER MÁS
 

Aunque Jonathan Tetelman (31) nació en Castro, creció en Nueva Jersey, donde estudió en la Manhattan School of Music y en la New School of Music (Mannes College). Su carrera fue meteórica desde que ganó el primer premio en el certamen de ópera de Nueva York de 2017, tras lo cual realizó conciertos en el Lincoln Center y en el Carnegie Hall.

Los contratos se sumaron rápido: “La Bohème”, en la English National Opera, Tanglewood Music Festival y Komische Oper (Berlín); “Tosca”, en el Gran Teatre del Liceu (Barcelona), Semperoper Dresden y Teatro Regio de Turín, y “Madama Butterfly”, para la Opéra National de Montpellier. Debutó en Covent Garden (Londres) en la temporada 2019/2020 cantando Alfredo Germont (“La Traviata”) y Rodolfo (“La Bohéme”). Tras su actuación en “Rigoletto” (Verdi), The New York Times escribió: “El verdadero placer (de esta función) fue el Duque cantado por el tenor Jonathan Tetelman. Es una estrella total”.

En sus biografías aparece como un tenor chileno-estadounidense; sin embargo, nunca ha actuado en Chile y en el país pocos saben de su existencia. Surgen, por tanto, muchas preguntas. ¿Cómo fue que nació en Chile? ¿Hablará castellano? ¿Ha pisado alguna vez suelo nacional?

Él las responde desde su hogar en Nueva Jersey: “Sí, nací en Castro, Chiloé. Fui adoptado cuando tenía 6 meses y no tengo memoria. No hablo español con fluidez. He vivido en Estados Unidos toda mi vida. Nunca he vuelto a Chiloé y el único vínculo con Castro es que es mi lugar de nacimiento”.

Dice que le fascina cantar desde que era niño. “Canté como niño soprano y actué con las principales orquestas del mundo. Así descubrí mi amor por la música; disfruto cantando y actuando”.

Comenzó como barítono, pero a los 20 años se dio cuenta de que en verdad era un tenor lírico y ahora su voz ha seguido creciendo hacia el repertorio spinto. “El repertorio romántico tardío y el bel canto tardío me sientan mejor en este momento; papeles como Cavaradossi (“Tosca”), Stiffelio y Manrico (“El trovador”) son aquellos donde mi voz ‘vive'. Todavía no sé cuál será el próximo paso”.

Este tiempo de pandemia ha sido para él, como para todos, muy difícil. “Tuve muchos debuts y oportunidades cancelados. Ha sido especialmente complicado para los cantantes más jóvenes. Sin embargo, pude hacer ‘Francesca da Rimini' (Zandonai) en la Deutsche Oper Berlin, que fue transmitida en directo”. En esa ocasión, la revista Opera Gazet consignó: “El fogoso tenor Jonathan Tetelman —que ya había encandilado vocalmente al público en la Komische Oper como un sexy Rodolfo en ‘La Bohème'— cantó y actuó a la perfección el rol de Paolo Malatesta”.

¿Proyectos? ¿Algo en Chile? “Mis nuevas óperas para la próxima temporada son ‘Stiffelio' (Verdi), ‘I Due Foscari' (Verdi) e ‘I Pagliacci' (Leoncavallo). Lamentablemente, no hay nada confirmado para Chile aún”, cuenta el artista.

LEER MÁS
 

Disponible para Chile y Latinoamérica, la Fundación CorpArtes estrena la exposición Do it, un exitoso proyecto internacional y colaborativo de arte. Mediante un nuevo sitio web, esta primera versión digital reúne a 87 artistas de todo el mundo, quienes presentan una serie de instrucciones para que adultos y niños puedan interpretar y crear arte desde sus casas. Todo el material hecho por los visitantes será publicado en redes sociales y en una galería virtual, próximamente disponible en Doit.corpartes.cl.

Inspirado en los cuestionamientos de Duchamp sobre el rol del artista y el primer instructivo para creadores de Yoko Ono, el curador y crítico suizo Hans Ulrich Obrist dio forma al concepto Do it en 1993, con el objetivo de dar instrucciones a artistas y aficionados para que crearan sus propias expresiones artísticas. Con el sueño de elaborar una exhibición eterna e innovar en el arte, Do it se realizó por primera vez en Austria, en 1994. Se ha exhibido en 15 países, y su estreno en nuestro continente será con la curatoría de su creador y la producción de Independent Curators International (ICI).

Debido a la pandemia, el proyecto se renovó con la versión Do it (home), con contribuciones de artistas chilenos, quienes se suman a creadores como Uri Aran y Christian Boltanski.

Fernanda Castillo, directora de programación, educación y extensión de CorpArtes, explica que “es un proyecto en el que los procesos y desarrollos creativos son muy importantes, y creo que es justo lo que necesitamos ahora en esta etapa de encierro y de agotamiento mental”.

Mathieu Gilhaumon, Elizabeth Rodríguez, Sebastián Calfuqueo, Cristián Salineros, Alejandra Costamagna, Francisca Gavilán, Sergio Mora-Díaz y Paolo Bortolameolli serán los artistas nacionales que se sumarán a Do it (home). FernandaCastillo agrega que la característica “interdisciplinaria y de diálogo” de este proyecto ha permitido “que cada uno de ellos pueda aportar desde su ámbito del arte, ya sea el teatro, la literatura o el arte visual”.

LEER MÁS
 

¿3.000 $ o $3.000?

Mientras en España los símbolos de las monedas se posponen a la cifra y se separan de ella por un espacio (3.000 $), en Chile y el resto de América la norma general es anteponer el símbolo y no separarlo de la cifra: $3.000.

¿Se arrellenó o se arrellanó en el sillón?

La confusión es frecuente, quizás por influencia de llenar. El verbo se forma, sin embargo, a partir de rellano. Dígase, pues, arrellanarse para referirse al acto de “ensancharse y extenderse en el asiento con toda comodidad” o al hecho de “encontrarse a gusto en un lugar o empleo”.

LEER MÁS
 

Hasta el 31 de mayo:

Persa del Arte en formato virtual

Treinta y ocho artistas participan del tradicional Persa del Arte de Factoría Santa Rosa, en el barrio Franklin. Debido a la pandemia, este año la venta es virtual, en la página Persadelarte.art, y también se puede comprar por WhatsApp en el número 56-982943194. Hay diferentes técnicas y formatos, de artistas como Guillermo Núñez, Julia Toro, Consuelo Lewin y Tania González, entre otros.

LEER MÁS