“Estamos trabajando para ensanchar el espectro ideológico sin abandonar nuestras creencias”.

“Espero que los resultados de las elecciones en Madrid sean el principio del fin del gobierno de Sánchez”.

El nombre de Isabel Díaz Ayuso acaparó los titulares de los medios tras su contundente victoria en la Comunidad Autonómica de Madrid. No tan solo por la importante votación alcanzada, la más alta históricamente del Partido Popular en esa zona, sino que por la derrota propinada a la izquierda representada en esos comicios por el exvicepresidente de Gobierno, Pablo Iglesias, quien incluso llegó a anunciar su retiro de la actividad política. Periodista de profesión, esta joven dirigenta ya había alcanzado el mismo cargo en 2019, por tanto iba a la reelección. Sus posturas siempre han sido francas y directas. Cercana a José María Aznar y su antecesora, Esperanza Aguirre, en esta entrevista con “El Mercurio” entra de lleno en la contingencia española y hasta envía un mensaje a la derecha chilena.

—Su triunfo reciente en Madrid fue especialmente resonado. ¿Dónde está, a su juicio, la trascendencia de esa victoria?

—En las elecciones del pasado 4 de mayo nos jugábamos dos maneras antagónicas de entender la vida. La libertad que defendemos con nuestras políticas, que ponen a la persona en el centro para que dirijan sus vidas, y el modelo que defiende la izquierda, que se caracteriza por colectivizarlas, dirigirlas, hacerlas dependientes, y que atenta directamente contra su libertad y sus posibilidades de prosperar según su trabajo se lo permita.

Por suerte, venció el modo de vida que nos hemos dado en Madrid en los últimos años con gobiernos liberales del Partido Popular que han hecho de Madrid el motor económico de España, una región pujante, emprendedora y abierta, y donde se respeta la colaboración público-privada, se incentiva el esfuerzo y el mérito o se defiende la propiedad privada.

—En ese sentido, el dilema planteado en su campaña entre “socialismo y libertad”, ¿en qué medida resume bien la crisis por la que atraviesa España como país?

—El socialismo que aplica Pedro Sánchez con sus socios comunistas está hundiendo la economía, destruyendo empleo, ahuyentando inversión y deteriorando la imagen de España. Por eso, es tan necesario que haya un gobierno alternativo encabezado por Pablo Casado que pueda aplicar las políticas de libertad que tan buenos resultados han dado cuando ha gobernado el Partido Popular y que han traído los años de mayor prosperidad. Son las recetas que aplicamos en Madrid ya y que han contribuido a que seamos el motor económico del país, una región emprendedora y con los mejores servicios públicos en sanidad, educación o transportes.

—Un aspecto que llamó la atención en su estrategia electoral fue un discurso más centrado en principios propios del sector y un llamado amplio hacia las diferentes derechas. ¿En qué medida aquello se aparta de lo que ha sido la conducta política de su partido, el PP, en los últimos años que ha luchado por posicionarse en el centro del espectro? ¿Hay un punto de inflexión?

—Tanto mi discurso como el del PP han ido en la misma línea. Somos la casa común de la centroderecha en España. El mejor proyecto político de este país, que seduce con políticas sensatas a todo aquel que desee un país libre, pujante, próspero, en convivencia… Estamos trabajando para ensanchar el espectro ideológico sin abandonar nuestras creencias. Y por eso hemos conseguido los resultados el pasado 4M. Una amplia mayoría social que se ve representada en nuestras políticas. Ya no es solo una cuestión de derechas e izquierdas. La gente quiere verse representada en lo que haces, en que luchas por mejorar su calidad de vida, sus derechos, sus proyectos…

—El fortalecimiento de Vox y la desaparición de Ciudadanos, al menos en Madrid, ¿no confirma la circunstancia de que la gente está demandando de sus líderes en la derecha posiciones más claras y definidas?

—No me compete valorar la situación de otros partidos. Trato de ser coherente en mis políticas, centrarme en los problemas reales de la gente, en gobernar para todos bajo el criterio claro de los que me han votado, pero poniendo el acento en las necesidades reales de la gente. Y sí, con un discurso claro y coherente con nuestros principios, donde la gente nos puede reconocer como proyecto de ilusión y libertad.

—¿Cuál es su lectura de la derrota de Unidas Podemos y de su líder Pablo Iglesias en esta elección? ¿Cree en su anuncio de retiro de la política?

—Es un proyecto que los ciudadanos no quieren, no se ven representados. El comunismo, las últimas dictaduras en el mundo, solo ha traído en la historia pobreza, miseria y división social. Son dirigentes cada vez más ricos que se dirigen a gente cada vez más pobre. La gente humilde a la que ellos pretenden dirigirse y apropiarse no les quiere ya ni ver. Son farsantes en quienes nadie cree. Ese proyecto político ha sido un cáncer para todos los países en los que se ha instalado en las instituciones. De Pablo Iglesias no me creo nada, pero cuanto más lejos esté de la política española, mejor nos irá como país.

“Más Madrid y Errejón son lo mismo que Podemos: una izquierda radical”

—¿Tiene alguna expectativa de que, luego de esta derrota, el gobierno del socialista Pedro Sánchez haga cambios en el rumbo y conformación de su administración?

—No tengo ninguna expectativa en el gobierno de Pedro Sánchez, cuya filosofía es el poder por el poder. No han gestionada nada. No se han echado la gestión de la pandemia a las espaldas, están permitiendo el hundimiento de la economía y el empleo. Solo se dedican a hacer propaganda y generar división social. Sin apenas entrevistas, ruedas de prensa, sin comparecer en los parlamentos, con tanto decreto ley y utilización de las instituciones para mantenerse ellos, espero que los resultados en las elecciones del 4M sean el principio del fin del gobierno de Sánchez en España.

—Los dos temas que mayor controversia han suscitado en los últimos años en su país han sido el relativo a la independencia catalana y al consenso respecto de la Constitución de 1978. ¿Como advierte la evolución de esas temáticas después del efecto Madrid?

—Los resultados en las elecciones en Madrid son un soplo de esperanza para aquellos que defendemos y creemos en el pacto que nos dimos en el 78 y que ha traído el período de mayor prosperidad, convivencia y bienestar para la historia reciente de España. Pedro Sánchez ha introducido en su gobierno y ha pactado con quienes quieren destruir ese modelo de libertad, convivencia y progreso. Quieren cambiar el modelo de país por la puerta de atrás, y tenemos que aunar todas las fuerzas para detener esa deriva nefasta para España. Por eso han sido importantes las elecciones en Madrid.

—¿Cómo cree que evolucionará la relación entre los socialistas y la izquierda de Unidas Podemos? ¿Este episodio permitirá al PSOE recobrar identidad y desligarse de la influencia de esa izquierda más ultra?

—Sánchez ha destrozado al socialismo español hasta hacerlo irreconocible para muchos de sus tradicionales votantes. Pactando con los herederos políticos de los terroristas, los independentistas o los comunistas, de los que tanto renegaba, ha radicalizado al PSOE con el único objetivo de perpetuarse en el poder, sea cual fuere el precio a pagar. No tiene un proyecto de país.

—¿En qué medida Más Madrid, que lidera Íñigo Errejón, exmilitante de Podemos, representa una vertiente más dialogante y con quienes es posible llegar a acuerdos tanto en la Comunidad como también a nivel nacional?

—Más Madrid y Errejón son lo mismo que Podemos: una izquierda radical, que bebe del comunismo populista que ha arruinado países como Venezuela. Se disfrazan de una falsa moderación, pero sus políticas son radicales e igual de dañinas. Odian la libertad individual, apoyan la ocupación, las revueltas callejeras, la expropiación de la propiedad privada, la subida indiscriminada de impuestos, fomentan el odio y la división… y nacen de una escisión del mismo partido, solo por luchas de poder.

Mirada hacia Chile

—¿Qué posibilidades tiene un liderazgo como el suyo de proyectarse a nivel nacional? Se dice que representa una alternativa más competitiva que Pablo Casado, líder de su partido...

—Ser presidenta de la Comunidad de Madrid es lo más importante que me ha podido pasar, y estoy centrada en trabajar para dejar una región mejor que cuando llegué como presidenta. No pienso en otra cosa. Ahora bien, claro que deseo que este resultado que hemos conseguido el 4M sirva como el primer paso para esa necesidad de cambio de rumbo que requiere España, con Pablo Casado a la cabeza. Ojalá llegue pronto a la Moncloa, porque este país lo necesita.

—¿Cómo ha visto la evolución de América Latina en los últimos años? Pensando especialmente en aquellos países que han tenido elecciones en el último tiempo... Perú, Ecuador...

—Hispanoamérica es desde hace años el escenario preferido por la extrema izquierda a la hora de ensayar sus recetas populistas. El daño que han causado Venezuela y Cuba tratando de exportar su modelo totalitario ha sido enorme. Los países que han optado por la democracia, la separación de poderes, la seguridad jurídica y la libertad siempre prosperan. Ahí está el ejemplo reciente de la victoria de Guillermo Lasso en Ecuador. Los que optan por las viejas recetas del comunismo y el intervencionismo, fracasan. El ejemplo más claro hoy son los seis millones de venezolanos que se han visto obligados a emigrar a países como Colombia, Chile o España, huyendo de la represión y la miseria.

—En Chile se verifican precisamente elecciones en este fin de semana. ¿Cuál sería su mensaje para la derecha chilena en estos comicios?

—Estas elecciones son muy importantes, más que por la elección de los representantes municipales y regionales, por los convencionales. La nueva Constitución definirá el marco de convivencia por muchos años, y no puede convertirse en un cajón de sastre de miles de intereses particulares. Debe ser un compendio de todo lo bueno que une a la inmensa mayoría de los chilenos. Para lograrlo, Chile necesita una derecha sólida que sea un referente frente a la ingeniería social, los experimentos ideológicos y las aventuras populistas. Si tuviera que resumir en una sola frase lo que creo necesario, diría “unidad con la vista en el futuro”. Si lo tuviera que condensar en una palabra, esta sería, sin duda, “libertad”.

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