Al parecer las crisis nos alientan a reconocer y aprovechar de mejor manera nuestras capacidades de innovación”.

(*) Profesor de Innovación y Emprendimiento

Científico-Tecnológico del

Departamento de Ingeniería

Industrial y de Sistemas UC.

Sus áreas de investigación y

docencia son: Políticas de

ciencia, tecnología e innovación,

gestión de la innovación,

vinculación universidad-empresa

y transferencia tecnológica.

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La pandemia del Covid-19 se ha convertido en la mayor crisis planetaria desde la Segunda Guerra Mundial. Es una tragedia en pérdidas de vidas humanas y un enorme retroceso en la economía, lo que está generando grandes pérdidas de fuentes de trabajo e incrementos de la pobreza en todo el mundo.

De esta tragedia, ¿podrá surgir algo positivo?

Una amplia literatura nos enseña que las crisis son fuente de nuevas ideas y soluciones, nuevos sistemas de producción y tipos de organización, de un aceleramiento y masificación en la adopción de tecnologías, de nuevas y más efectivas políticas públicas, todo lo cual impulsa la productividad en vastos sectores de la economía, con beneficios que persisten en el tiempo. Al parecer las crisis nos alientan a reconocer y aprovechar de mejor manera nuestras capacidades. Dado lo anterior es pertinente preguntarnos ¿cuáles serán las innovaciones más relevantes en sectores clave, que marcarán el desarrollo de Chile y de muchos países post-pandemia? Presentamos una síntesis de la visión de numerosas personas que accedieron a responder esta pregunta. (*)

En el área de la educación, esta crisis está generando una gran disrupción de los sistemas de enseñanza-aprendizaje con la incorporación masiva de docencia online, con nuevas metodologías, sistemas de evaluación, seguimiento de contenidos, interacción alumno-profesor, así como entre estudiantes. Permitirá dar acceso a más personas a contenidos de calidad.

En el sector salud, se acelerará y masificará la telemedicina. Se incrementará el cuidado de la higiene en todos los ámbitos. Seguramente los sistemas de salud aumentarán en forma significativa las prácticas de prevención de enfermedades.

En el ámbito de los alimentos se incrementarán los esfuerzos por obtener proteínas de origen vegetal que reemplacen aquellas provenientes de animales.

En lo laboral, se acelerará la reconversión del trabajo que trae le inteligencia artificial. Muchos empleos y actividades desaparecerán y otros nacerán. Este es un espacio muy fértil de innovación y concepción de un mundo laboral distinto, menos dependiente de la presencia e intervención física de las personas, con los consiguientes aumentos de productividad.

En el sistema productivo, se acelerará la digitalización y el trabajo remoto, cambiando percepciones, voluntades y comportamientos. Se mantendrán algunos cambios que fueron incorporados ante la urgencia, llegando a soluciones híbridas de trabajo presencial/remoto.

El comercio tendrá una enorme y masiva aceleración en su canal de venta online con la incorporación de millones de personas. Esto significará una reducción sostenida de los espacios e infraestructura que utiliza por ejemplo el retail.

Por otra parte, se desarrollarán soluciones logísticas que optimicen los procesos de despacho, especialmente de última milla. Seguramente se potenciarán los repartos con drones y taxis autónomos.

Continuará acelerándose la adopción de tecnologías de información y comunicaciones hasta alcanzar un alto porcentaje de la población mundial. El Covid-19 está incrementando y acelerando la alfabetización digital en todo el planeta. En este contexto, veremos el teletrabajo como una solución eficiente que posibilita una significativa reducción de desplazamientos de las personas en las ciudades, con los consiguientes beneficios medioambientales y menor saturación de las carreteras.

En línea con el teletrabajo habrá una masiva digitalización de los negocios. Muchas de las transacciones que se realizaban de forma física, están migrando a forma virtual, simplificando procesos e incrementando la productividad.

En el ámbito científico, veremos un mayor rol e influencia de la ciencia en la toma de decisiones públicas. Y, por otra parte, una mayor valoración de la ciencia por parte de la sociedad. Esto implicará mayor educación en las disciplinas STEM (Science, Technology, Engineering and Math) en la enseñanza escolar.

En este contexto, se acelerará la convergencia de iniciativas que combinen conocimientos de las ingenierías, con la biología y las ciencias de la vida, lo que permitirá contar con una mayor diversidad de soluciones para enfrentar nuevas pandemias, que con seguridad seguirán afectando al mundo.

Se fortalecerán los ecosistemas de innovación en diversos ámbitos de nuestro país. Nos hemos percatado que nuestras capacidades locales son mayores que las que creíamos tener. En poco tiempo hemos desarrollado diversas innovaciones para atenuar los efectos de la pandemia.

Todo lo anterior nos habla de la enorme capacidad de adaptación que tenemos ante las crisis que nos afectan, y de una alta capacidad creativa para encontrar soluciones a los nuevos problemas y desafíos que nos aquejan. También nos habla de la necesidad de colaborar en todos los niveles para lograr resolver problemas complejos. Noticias positivas que dan cuenta que de nosotros depende la construcción y proyección de un mundo mejor.

(*) Agradecemos a: Ignacio Sánchez, Juan Carlos De La Llera, José Miguel Aguilera, Gonzalo Cortázar, Ricardo Paredes, Marcos Singer, Gustavo Lagos, María Angélica Fellenberg, Francisco Lozano, Conrad Von Igel, Nancy Castillo, Atilio Ziomi, Julio Pertuzé, Roberto Vassolo, Constance Fleet, Jorge Pizarro, Christopher Mac-Gregor, Pedro Aguilera y Pablo Fernández.

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Con gran colaboración internacional e importante financiamiento público-privado, más de cien equipos de investigación, de diferentes países, avanzan en el desarrollo de la vacuna contra el covid-19”.

(*) FOCIS Center of Excellence.

Facultad de Ciencias Biológicas y Facultad de Medicina, en la Pontificia Universidad Católica.

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Dada la falta de inmunidad en la población, el mundo espera que la solución definitiva al Covid-19 llegue con el éxito de al menos una de las vacunas actualmente en investigación. Esta constatación ha generado dos efectos destacables a nivel global en este ámbito. En primer lugar, con gran colaboración internacional e importante financiamiento público-privado, más de cien equipos de investigación, de diferentes países, avanzan en el desarrollo de la vacuna.

En segundo lugar, se ha producido un esfuerzo significativo y acelerado para el desarrollo de las diferentes etapas del proceso, desde las pruebas en animales (Fase Pre-Clínica) hasta la Fase Clínica 3, que comprende pruebas en miles de personas en diferentes partes del mundo. Si la creación de una nueva vacuna tardaba, hasta ahora, más de diez años —como se muestra en la figura 1— debido a la pandemia que estamos viviendo, este tiempo se está reduciendo a unos pocos años. Esto producto de lo acotado de los tiempos de cada una de las etapas y el traslape en el desarrollo de algunas de ellas.

A nivel de nuestro país, se podría generar un tercer efecto positivo. Lograr un esfuerzo multidisciplinario y colaborativo para avanzar localmente en el desarrollo de la vacuna Covid-19 a través de cuatro prototipos que han iniciado la Fase Pre-Clínica. La generación de estos prototipos son el resultado de años de investigación de patógenos que afectan al tracto respiratorio, como es el caso del Virus Respiratorio Sincicial y el metapneumovirus. Para lograr tener éxito en un proyecto de alto riesgo y complejidad como éste, es fundamental avanzar en múltiples dimensiones, como son la investigación científica-tecnológica, el oportuno financiamiento de sus diferentes fases, las aprobaciones regulatorias, el desarrollo de capacidad de manufactura de la vacuna, entre otros. Esto implica, en definitiva, lograr sinergia entre la academia, el Gobierno, la empresa y la sociedad civil.

Existe, además, la posibilidad de que instituciones e investigadores de nuestro país colaboren del desarrollo de vacunas que han avanzado y demostrado seguridad, gracias al acuerdo que firmó recientemente la UC con la farmacéutica china Sinovac Biotech, lo que permite posicionar a nivel internacional la innovación científica chilena en este campo. Este acuerdo se suma a las colaboraciones formales que previamente se habían establecido con Estados Unidos y países europeos, que permitirán potenciar la I+D nacional y el acceso a vacunas de alto impacto. Es de esperar que la crisis que estamos viviendo facilite la creación de estas sinergias, requisito esencial para desarrollar innovaciones tecnológicas relevantes para nuestro país.

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