El avión, procedente de China, aterrizó el 1 de abril en Ciudad de México, portando una donación de 100 mil mascarillas, 50 mil test para detectar el covid-19 y 5 ventiladores mecánicos. “Gracias China!!!”, tuiteó ese día el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. La escena, que en los últimos meses se ha replicado a lo largo de Latinoamérica, es parte de lo que los analistas llaman “diplomacia de la mascarilla”: una nueva faceta de la política exterior de Beijing, que mediante los donativos de insumos médicos busca instalar un relato sobre el rol del país asiático en la pandemia, mientras fortalece su influencia en la región.

En marzo, cuando la propagación del SARS-CoV-2 se aceleró en Latinoamérica, China comenzó a entregar, de manera sistemática, dispositivos como mascarillas, test, guantes y ventiladores, entre otros. Perú fue de los primeros receptores: el 6 de marzo, 1.000 exámenes PCR —el estándar para detectar el coronavirus— arribaron sin costo alguno para el fisco peruano. Desde ahí, los envíos no dejaron de llegar.

Según Diálogo Interamericano, que ha hecho un seguimiento, cerca de 200 transacciones de este tipo han ocurrido entre China y las naciones de Latinoamérica y el Caribe desde marzo hasta hoy. No todas son donaciones. México, por ejemplo, gastó 56 millones de dólares en compras de insumos médicos chinos, los cuales actualmente siguen llegando.

La presencia de esta política en la región ha sido casi total (ver infografía). Beijing incluso ofreció mascarillas a Paraguay, país con el que no tiene relaciones diplomáticas al ser uno de los 15 Estados en el mundo que reconocen a Taiwán, según informó el medio Taiwan News.

“El alcance actual de China en Latinoamérica y el Caribe es parte de un esfuerzo extenso para dar forma a la narrativa sobre China y el covid-19, para asegurarse de que la región reconoce cómo China ha hecho una contribución productiva para combatir la pandemia”, dijo a “El Mercurio” Margaret Myers, directora del programa de Asia y Latinoamérica de Diálogo Interamericano.

En un artículo, la experta fundamenta esta tesis al recordar que diversas embajadas chinas en la región —incluidas las de Argentina, Bahamas, Cuba y Perú— abrieron cuentas de Twitter en la etapa inicial de la pandemia, una herramienta que permitiría tener comunicación directa con la población local.

“Las donaciones de asistencia extranjera nunca son totalmente altruistas: también buscan cumplir una gama de otros intereses. La asistencia china en la era del covid-19 no es una excepción a ese patrón”, dijo a este diario Cynthia Arnson, directora del Programa para Latinoamérica del Wilson Center, un centro de estudios que ha recopilado los datos de las ayudas chinas a la región durante la crisis sanitaria.

“Algunas de las donaciones también cuentan con tecnología china (...) lo que puede fortalecer los vínculos entre las empresas chinas y los países anfitriones. Esto podría reforzar la posición de China en ciertas industrias, incluidos los equipos y servicios médicos, las telecomunicaciones y otras tecnologías en los próximos meses y años”, agregó Myers.

Y es que, además del gobierno central, diversas compañías chinas han sido protagonistas de estas operaciones. Huawei, por ejemplo, donó dos cámaras térmicas a Argentina para detectar fiebre en pasajeros que ingresan por el aeropuerto de Ezeiza, además de 50.000 mascarillas y 500 trajes de bioseguridad al gobierno boliviano y 150.000 mascarillas a Colombia, entre otras entregas. Según la investigación de Myers, Huawei es la firma que más donaciones individuales ha hecho en la región en el último tiempo.

Por su parte, la fundación de Jack Ma, el empresario chino dueño de la multinacional Alibaba, también entregó “2 millones de mascarillas, 400 mil kits de test y 104 respiradores a 24 países latinoamericanos”, incluido Chile, según afirmó en un tuit.

En Brasil, State Grid Brazil, la empresa china que es dueña de gran parte de la red eléctrica del país, donó 264 camas de hospital a la ciudad de Río de Janeiro. En Colombia, la aplicación de transporte privado Didi, China Railway Construction Corporation y la tecnológica ZTE también realizaron importantes donaciones, de acuerdo a Diálogo Interamericano.

“La complementariedad comercial es lo que sustenta las relaciones China-Latinoamérica”, comentó a “El Mercurio” Pepe Zhang, analista del Atlantic Council, al destacar que el comercio bilateral entre ambos actores se multiplicó 25 veces, desde 12.000 millones de dólares en 1999 hasta 310.000 millones en 2019. Por eso, el experto ve posible que en el escenario post covid-19 “China expanda aún más su rol económico en la región, al ser además una de las primeras grandes economías del mundo en recuperarse (relativamente) de la pandemia”.

Las ayudas no han estado exentas de controversias, principalmente por acusaciones sobre la mala calidad de los productos. En Argentina, el Ministerio de Ciencia y Tecnología difundió una investigación donde no recomienda el uso de 170.000 test de detección rápida del coronavirus donados por China, ya que entregan resultados poco confiables.

Además, aunque Latinoamérica ha sido foco de las ayudas de Beijing, “otras regiones, incluyendo África, Europa y el sudeste asiático también han sido grandes receptoras de las donaciones chinas (...). El alcance de esto es global”, concluyó Myers.

Protestas a favor y en contra de Bolsonaro

Centenares de personas salieron a las calles ayer en Río de Janeiro y Sao Paulo para manifestarse a favor y en contra del Presidente Jair Bolsonaro, un termómetro de las turbulencias políticas que acompañan la crisis por la pandemia de coronavirus que golpea con fuerza a Brasil, el segundo país con más casos de covid-19 (ayer superó los 500 mil). En ambas ciudades las protestas terminaron con enfrentamientos con las fuerzas policiales.

Bolsonaro, en tanto, participó en una manifestación en Brasilia, en la que se paseó montado a caballo entre unos 3 mil seguidores.

Bolivia relaja cuarentena

A pesar de que el número de casos y muertes por covid-19 sigue escalando en Bolivia, el gobierno interino comienza hoy una nueva etapa de su plan para flexibilizar la cuarentena y reactivar la economía. Sin embargo, el departamento de Santa Cruz, el más poblado del país, decidió mantener la cuarentena rígida hasta que los contagios muestren algún descenso.

Reino Unido reanuda clases

El gobierno británico confirmó que reabrirá a partir de hoy las escuelas de primaria en Inglaterra, a pesar de las advertencias de diversos asesores científicos. “No podemos quedarnos confinados para siempre”, afirmó ayer el ministro de Exteriores, Dominic Raab. Los alumnos de parvularios y de tres cursos de educación primaria regresarán hoy a clases, con un límite de 15 niños por aula.

Nueva York anuncia “tremendo progreso”

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró ayer que el estado está registrando un “tremendo progreso” tanto en el número de casos de coronavirus como en el de fallecimientos, que fueron 56 el sábado. “Son muy, muy buenas noticias”, dijo Cuomo, que recalcó que Nueva York, que registra 29.700 muertes, ha pasado por una “situación infernal” que ya está dejando atrás.

Por primera vez desde hace tres meses, el Papa Francisco se dirigió ayer desde una ventana del Palacio Apostólico a los fieles autorizados a escucharle en la plaza de San Pedro, respetando, sin embargo, el distanciamiento social.

“¡Hoy que la plaza está abierta, podemos volver, es un placer!”, dijo el Pontífice, saludando a la multitud dispersada en la inmensa plaza rodeada de las columnatas de Bernini. Eran unas 1.500 personas, según el servicio de prensa del Vaticano, muy lejos de la afluencia diez veces superior que suele haber cuando abarrotan la zona los turistas y peregrinos de todo el mundo.

Los fieles fueron exhaustivamente controlados por las autoridades en los accesos, usaron mascarillas y mantuvieron distancia entre sí.

“Hay que tener el valor de cambiar, de ser mejores, mejores que antes. Y poder construir positivamente la poscrisis de la pandemia”, pidió Francisco en su rezo del Regina Coeli.

Ayer también reabrió sus puertas al público, después de 70 días de cierre, la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, que alberga la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado para el islam.

Miles de fieles acudieron a las tres y media de la madrugada a las puertas del emblemático lugar, en la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalén, para el primer rezo del día. “Dios es grande, protegeremos Al Aqsa con nuestra alma y nuestra sangre”, cantaron a la entrada los peregrinos.

Arabia Saudita también permitió ayer la reapertura de alrededor de 90.000 mezquitas en todo el país como parte del programa de desescalada de las restricciones para luchar contra el covid-19. El uso de mascarillas es obligatorio en los templos y los fieles deben guardar distancia de seguridad de dos metros, y han sido retiradas temporalmente las copias impresas del Corán. Sin embargo, las autoridades sauditas han excluido por el momento a la ciudad santa de La Meca, con su gran mezquita y la Kaaba, santuario al que todos los musulmanes deben peregrinar al menos una vez en la vida.